A quien no le gusta perderse en la naturaleza, un día de campo con la familia u amigos charlando de todas las cosas imaginables e inimaginables mientras escaláis una montaña. Es una gozada (aunque también es cansado) pero cuando ya paras y ves es el paisaje bajo tus pies dices: "¡Que maravilla!" por eso me gusta el montañismo, siempre que sea "light", como yo lo llamo. Es decir, una montaña que no sea excesivamente empinada, dificultosa o problemática, si no de esas abarcables y que, aunque acabes agotad@, acabes también muy realizad@.
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