jueves, 13 de mayo de 2021

Chalet y naturaleza


  Preciosa casita de madera que puede ser perfectamente una casa rural en plena naturaleza. Hubo una época que iba con los míos a veces a casitas rurales pero la verdad es que hace tiempo que ya no lo hago. La verdad es que es un plan genial y perfecto para desconectar de todos los ajetreos. ¡Un finde en una casita rural te deja como nuev@ así que todos a probarlo! (Los pocos que no lo hayáis probado).

Montaña

   
          A quien no le gusta perderse en la naturaleza, un día de campo con la familia u amigos charlando de todas las cosas imaginables e inimaginables mientras escaláis una montaña. Es una gozada (aunque también es cansado) pero cuando ya paras y ves es el paisaje bajo tus pies dices: "¡Que maravilla!" por eso me gusta el montañismo, siempre que sea "light", como yo lo llamo. Es decir, una montaña que no sea excesivamente empinada, dificultosa o problemática, si no de esas abarcables y que, aunque acabes agotad@, acabes también muy realizad@. 
 

Paisaje bucólico


    No hay nada más bonito como un paisaje otoñal en el campo, con las hojas cayendo y casas con encanto alrededor. No se que tiene el otoño que a mí me encanta, es la estación en la que hago miles de cosas y miles de planes, disfruto tanto de días ajetreados como de días tranquilos y me parece una estación ideal, sin frío ni calor. Lo malo es que los días se van acortando pero no todo puede ser ideal. 
 

Chalet clásico

          
            Me gustan mucho los chalets en urbanizaciones bonitas y tranquilas, a quién no, con una arquitectura bien pensada para que la casa sea lo más cómoda y útil posible, además de que visiblemente cause una impresión agradable. De color blanco siempre son un acierto, aunque reconozco que a veces también me gusta ver casas de colores, dan alegría y buen rollo. A veces pienso que me gustaría vivir en un chalet pero en el fondo es que estoy muy a gusto en un piso. También depende de que piso y depende de que chalet.
 

Paisaje rural

 
          A veces me gusta ir con mi pareja, familia o amigos cercanos a pasar el día fuera de Madrid, hacer una pequeña excursión por lugares tranquilos y con encanto. Me encanta cuando rodeo un riachuelo, es ese soplo de aire fresco en el que además el ambiente esta más humedecido y se agradece. Cruzar un puentecito y hacerte una foto, son cosas sencillas de la vida que dan placer, porque no.
 

Playa paradisiaca


        Mi hermana más playera imposible así que por eso he decidido ponerla en esta obra mía de una playa tranquila y paradisiaca. Además con su gorrito, sus gafas de sol y su vestido de verano queda totalmente surtido. La verdad es que nosotras hemos ido a la playa toda la vida, desde nuestro primer añito, porque mis padres también siempre han sido muy playeros. Hemos disfrutado de las playas de Cádiz toda nuestra infancia en adelante, y posteriormente de otras playas también (de España y del extranjero).
 

Invierno


              Este paisaje invernal donde aparece Natalia muy abrigadita con un abrigo muy calentito es exactamente como se quedan muchísimos lugares de España en los meses de Enero y Febrero. También tiene su encanto, siempre que vayas bien preparada, porque el frío puede ser muy duro a veces. Aunque yo los inviernos cada vez los llevo mejor. Me abrigo bien, y voy a por el día. La nieve es un lujo que podemos disfrutar a veces en nuestro país, en otros países no nieva nunca. Así que yo estoy agradecida. 
 

Parador


             Los paradores son lugares mágicos. Ya sea para hospedarte o simplemente para gozar de una celebración, puedes notar su elegancia, su grandeza y su historia (ya que algunos datan de muchísimos siglos desde su creación). Los paradores en España son como unos 100 aproximadamente repartidos por todo el país localizados en edificios emblemáticos seleccionados por su interés histórico, artístico o cultural.

Mirando al mar


          La verdad me encanta pintar playas. Me relajo muchísimo y es como si me transportara allí. Quedarte mirando el mar y su inmensidad, escuchar el sonido de las olas y sentir la arena y el agua bajo tus pies. Sentir la brisa marina en tu cara, y alegrarte de estar en un lugar de ensueño con vistas maravillosas. 

Plaza de Cádiz


   Esta plaza de Cádiz, por la que habremos pasado cientos de veces, se encuentra ya adentrándote al casco antiguo de la ciudad y en ella se respira alegría, buen ambiente y mucho cachondeo, porque los gaditanos son muy fiesteros y simpáticos. Pinté este cuadro en la Academia de Leticia Zarza y me encanta, es de mis preferidos. 
 

En la playita


  Este paisaje, que recuerda a una playa californiana, es muy relajante y apacible. Me encantan las playas de arena fina y clarita, esas son las mejores playas, y las que tienen un color de mar azul turquesa. Lo que pasa es que son difíciles de encontrar. Tenemos muy buenas playas en España, pero de nota un diez ya son unas pocas. Eso sí, de nota un nueve muchas, muchísimas. La verdad no me extraña que todos los ingleses, franceses y alemanes se vengan a nuestro país de vacaciones. Nuestro país es la caña. También otros lugares lo son, pero yo estoy muy contenta de haber nacido aquí.

Calle de Lisboa


    Me requetechifla Lisboa porque tiene mucho encanto. Es una ciudad estupenda. Hubo una época que fuimos como tres o cuatro veces seguidas porque nos fuimos a Lisboa y al Algarve. Una pasada. Una cosa que me encanta de Portugal son su Fados; escucharlos en directo es una auténtica maravilla. También me gusta su bacalao, la gracia de sus calles… y los portugueses son muy amigables y hospitalarios, les encanta que les visitemos y casi siempre nos contestan en Castellano, son muy amables.
 

 

Palmeras


         Que maravilla es ver un atardecer en una playa de ensueño con grandes y hermosas palmeras. Los colores del cielo son variadísimos y todos especiales, invitando a soñar y pedir un deseo cuando se pone el sol. Aquí, mi hermana con un gorrito y un bolso de Bali, de cuando viajó allí con una amiga. Pero queda fantásticamente bien la fotografía con la pintura de detrás. Una de mis photolayers preferidas. 

Chalet


     El chalet que tenemos en Cádiz es un lugar tranquilo, espacioso, relajante y muy cómodo donde pasamos nuestras vacaciones de verano y disfrutamos al máximo. Es un espacio ideal para descansar, disfrutar y trabajar. Aquí todos los años me baño en la piscina, me leo más libros que nunca, hago recetas, veo películas en el porche, veo series en el sofá, pinto cuadros, trabajo con el ordenador, juego a las palas, a las cartas y a juegos de mesa… En definitiva, muchas cosas. Es un lugar ideal para desconectar, y para andar a la playa y volver bien fresquito después de un agradable baño en el mar.

Cielo de colores


   La naturaleza tiene vistas muy impactantes y hermosas, y una de ellas son los atardeceres; en cualquier lugar, en cualquier parte del mundo. Lo mejor es observarlas con gafas de sol, para no dañarse los ojos, y no mirar la puesta de sol todo el tiempo, sólo a ratitos. Por último, cuando ya no se divisa el sol, me gusta pedir un deseo. Se cumpla o no se cumpla, es bonito pedir. Por pedir, que no quede. 
 

Campo


    Me gusta mucho este vestido que en invierno lo uso muchísimo. Lo cogí del armario de mi madre (con su permiso, ella ni se acordaba de que lo tenía) y al ser grueso y calentito no paso nunca frío cuando me lo pongo, ya sea sea Enero o Febrero (siempre acompañado de un buen abrigo, claro está). Aquí lo acompañé con una chaqueta que me compré en un mercadillo de Alicante. El paisaje de fondo (lo que es el cuadro pintado por mí) me transmite tranquilidad y paz. 

Tienda de Tarifa


   Mi familia y yo pasamos un día de excursión en Tarifa y nos topamos con esta tienda: "Bambule". Todo lo que tenían era precioso, vestidos largos veraniegos sobre todo, con mucho arte y que sentaban muy bien. Monopolizamos el probador y nos llevamos unas cuantas prendas, porque fue como un flechazo con esta tienda. Al verano siguiente repetimos, pero ya no llevamos nada esa vez. Sólo miramos lo bonito que era todo.
 

La punta de San Felipe


   Para mi familia y para mí la punta de San Felipe es un lugar especial. Está en el lugar más esquinado de Cádiz y no todo el mundo sabe donde está o cómo llegar, pero para nosotros es un clásico. Siempre que vamos en la planta de abajo, que es un restaurante, nos pedimos bocatas de malva con tomate y mayonesa. Siempre repetimos porque están buenísimos. También subimos a la planta de arriba y vemos a todas las personas pescar y la inmensidad del mar. Es muy agradable y satisfactorio. 

Casitas de colores


  Este es mi hermano, es cinco años mayor (es el hermano mayor, luego va mi hermana y luego voy yo). Es muy interesante, siempre cuenta cosas muy curiosas intelectuales y es muy entretenido escucharle,  aprendes mucho. Estudió informática y después de trabajar en ese campo ya se formó para ser coach y trabaja en coaching. Le gusta muchísimo, le va totalmente. Es eneatipo 4, como yo (los que sabéis algo sobre los tipos de personalidades y eneatipos sabréis a lo que me refiero). Aquí, con el fondo de unos edificios de colores. Él es más de los suburbios y campo pero quise ponerle con esta pintura mía de fondo. 

Faro de Santander


   Este es el faro de Santander, el lugar donde veraneaban mis abuelos paternos, y quise hacerme un photolayer con mi obra artística. A Santander hemos ido unas cuantas veces invitados por ellos y lo hemos disfrutado muchísimo porque es una ciudad encantadora. Me encanta pasear por el paseo marítimo. El agua está muy fría pero también me gusta bañarme en Santander (eso sí, no aguanto dentro del mar mucho tiempo). La elegancia de la ciudad y lo bonita que es no se puede describir.  
 

Arties (Alto Arán)


 Aquí otra vez mi hermano Alejandro. Este fondo le pega más. Unas casitas de tipo rural, un riachuelo, las montañas de los Pirineos de fondo... La naturaleza le encanta. Cuanto más aire puro puede respirar, más feliz él. Es muy alto (mide más de 1,90) pero eso es lo mejor porque si va a un concierto o al cine tiene las mejores vistas. Y muchas chicas se pelean por estar con un chico muy alto ¡Aún las bajitas! Cierto, muy cierto. Aquí, con un aire muy intelectual con sus gafitas. ¿A que es guapo mi hermano?

Sevilla


 Yo de pequeña, con Sevilla de fondo. Pinté este cuadro con la ciudad y la torre del oro al fondo porque desde siempre (desde bien pequeña) he pasado por Sevilla (ya que se encuentra a una hora de Cádiz) y me ha gustado siempre. Lo bonita que es y el arte que tiene la hace una ciudad muy especial. "Sevilla tiene un color especial..." Ya de mayor también he estado en la Feria de Sevilla y me encantó. He estado dos veces. Es divertidísimo y hay un ambiente muy animado. Es fascinante ver todos los trajes de sevillanas, son preciosos. Yo una de esas dos veces que he estado me puse un traje de sevillana junto a mi madre y mi hermana, ¡Íbamos que llamábamos la atención!

El puente


  Así era yo de pequeñita. Tenía muchas pecas (por eso posteriormente toda la gente me llamaba veritopecas). Ya era muy alta desde bien pequeña y delgaducha. Aquí tenía el pelo muy cortito pero normalmente lo llevaba más largo. Era muy tímida (lo sigo siendo, aunque menos). Tenía la piel muy blanquita que contrastaban con el pelo y los ojos muy oscuros. Aquí, con una pintura mía de un pueblecito. Ya desde pequeña me encantaba viajar con mis padres y hermanos, ya fueran viajes internacionales o excursiones a lugares tranquilos con encanto. 

La plaza Mayor


 

La puerta de Alcalá


 

Tulipanes


 

Maldivas


 

Viaje en coche


 

Molinos de viento


 

La selva


 

Cercedilla


 

Lucca (La Toscana)


 

Camino


 

Salón de una casa


 

África desde Tarifa


 

Puesta de sol y naturaleza


 

Cantabria


 

Cabaña


 

Ciudad europea


 

Palacio de Oriente


 

Paseo marítimo de Alicante


 

Calle de Mallorca


 

Caserío vasco


 

Getxo


 

Piedra y naturaleza


 

Puente colgante de Getxo


 

La Gran Vía


 

Montañas y campo


 

Porto Santo Stefano (La Toscana)


 

Calle de París